Trastorno Obsesivo Compulsivo: TOC Historias Personales


Trastorno Obsesivo Compulsivo: TOC

Historias personales

Historia 1
“No podía tocar ninguna puerta o mostrador en áreas públicas. Sabía que no tenía mucho sentido, pero estaba aterrorizado de contagiarme de algún germen que pudiese matarme. Casi ni podía ir a lugares públicos, estaba tan asustado”.

“Si pensaba que había tocado algo, tenía que lavarme las manos por horas. En ocasiones, me lavaba tanto que mi piel se ponía roja y como en carne viva y sangraba”.

“Al principio tenía demasiada vergüenza pedir ayuda, pero un amigo me dijo que llamara al médico. Estoy tan feliz de haberlo hecho. Tomé los medicamentos que me dio el médico. Además, en terapia, hablé con un consejero. Aprendí a afrontar mi miedo a los gérmenes y a dejar de lavarme tanto”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Historia 2
“No podía hacer nada sin convertirlo en un ritual. Los rituales invadían cada aspecto de mi vida. Quedaba realmente atrapado contando cosas. Me lavaba el cabello tres veces en lugar de una, porque tres era un número de buena suerte y uno no lo era”.

“Me tomaba más tiempo leer porque contaba los renglones de los párrafos. Cuando ponía mi despertador por la noche, tenía que ser en un número que no equivaliese a un número -malo-”.

“Vestirme por la mañana era difícil, porque tenía una rutina, y si no la seguía, me ponía ansioso y tenía que vestirme nuevamente. Siempre me preocupaba que si no hacía algo, mis padres iban a morir. Tenía esos terribles pensamientos de que podía herir a mis padres”.

“Eso era completamente irracional, pero los pensamientos provocaban más ansiedad y más comportamiento absurdo. Debido al tiempo que pasaba haciendo estos rituales, no podía hacer muchas cosas que eran importantes para mí”.

“Sabía que los rituales no tenían sentido, y me sentía profundamente avergonzado de ellos, pero parecía que no pudiese superarlos hasta que fui a terapia”.

Historia 3
«Tengo que tocar todo con mis manos izquierda y derecha o mis pies izquierdo y derecho la misma cantidad de veces, en cada lugar al que voy. Si recojo un tenedor con la mano izquierda, tengo que también tocarlo con la mano derecha.Yo doy la mano apretando con las dos manos».

«Siempre es esa sensación terrible de que algo horrible ha sucedido. Como cuando te enteras de muy malas noticias, o te cuentan que alguno de tus seres queridos está herido.

Es ese sentimiento de impotencia de no poder hacer nada al respecto y, obviamente, los niveles de ansiedad aumentan, comienzas a sudar, tu corazón late más rápido y comienzas a respirar con dificultad».

«Las personas que sufrimos de TOC a menudo nos sentimos obligadas a realizar tareas de una manera simétrica, ordenada y equilibrada. Esto puede implicar, por ejemplo, la alineación de los objetos para que se vean bien o, repitiendo la misma acción con cada mano, pie o lado del cuerpo.

Noté por primera vez los síntomas cuando tenía 12 años de edad y estaba jugando como portero en un partido de fútbol de la escuela».

«Tenía que tocar las marcas en el terreno de juego con ambos pies y tocar la pelota con las dos manos, pero no fue hasta más grande que me dí cuenta de que no todo el mundo hacía lo mismo».

«Lo peor que puedes hacer es no hablarlo», «Hay que ser abierto al respecto, no es algo de lo que avergonzarse, todo el mundo tiene algún problema de salud mental en algún momento de sus vidas».

Historia 4
«Las intensas batallas que me ha hecho librar el trastorno obsesivo compulsivo conmigo mismo durante tantos años muy a menudo me llevaron a la inacción externa (que no interior precisamente).

A encerrarme en mi habitación atascado en interminables rituales,  o a querer pasar días enteros bajo las sabanas sin salir al mundo. En definitiva, a sentir pánico por la vida misma y a acabar completamente paralizado por mis obsesiones».

«He estado reflexionando sobre las lecciones de vida que he aprendido a través del TOC, durante todos estos años y que sin duda me serán útiles, si las sé aprovechar, para el resto de mi existencia.

Pero desde la más sincera humildad, con seguridad afirmo que estas lecciones de vida pueden ser provechosas y prácticas para todos los que les quieran sacar partido».

«El TOC me llevó a creer que no era adecuado, que era como un juguete al que le faltaba una pieza. Alguien imperfecto que no merecería la felicidad, la dicha ni la valoración o el aprecio de los demás».

«Cuando tienes TOC, la amenaza constante de que algo horrible ocurrirá si no repites esto o aquello está siempre latente. Esfuérzate por diferenciar entre las amenazas reales y las «imaginarias».

Muy a menudo actuamos influenciados por una amenaza que verdaderamente no existe. Y lo peor de todo, es que condicionamos nuestra existencia en base a un miedo que nosotros mismos hemos creado».

«Estamos ante un desafío: podemos convertir esta experiencia en una victoria o limitarnos a vegetar dejando de ser personas»
Viktor Frankl

Artista-Cassandra-Barney

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Es incapaz de controlar su comportamiento.
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de estrés postraumático.

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