Drogadicción

– Drogadicción –

– La Depresión adopta algunas mascaras –

Drogadicción: Las personas se sienten incapaces de resolver situaciones en su vida, provienen de familias disfuncionales, sufren falta de amor (no se sienten queridos), abandonados (los padres nunca los nutren de seguridad, padres ausentes) y eligen desesperadamente como único camino, fugarse y consumir drogas.

Es más difícil que los hombres admitan que están deprimidos, en cambio es más probable que oculten sus padecimientos tras el alcohol, las drogas o conductas agresivas. Pero lo que no saben es que el alcohol agrava (empeora) la depresión.

– Drogadicción –

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Las drogas pueden llevarnos a a una depresión, de la misma manera que una depresión puede conducirnos a la drogadicción. Se trata de las dos caras de una misma moneda donde la depresión y las drogas van de la mano sin saber exactamente cuál de ellas es la causa y cuál la consecuencia.

En cualquier caso, cuando hablamos de una depresión por drogas o de una drogadicción por depresión, estamos hablando de una enfermedad doble que hay que tratar a dos bandas. Porque los tratamientos para la depresión no curan la drogadicción y viceversa.

La drogadicción es una enfermedad que consiste en la dependencia de sustancias que afectan el sistema nervioso central y las funciones cerebrales, produciendo alteraciones en el comportamiento, la percepción, el juicio y las emociones. Los efectos de las drogas son diversos, dependiendo del tipo de droga y la cantidad o frecuencia con la que se consume. Pueden producir alucinaciones, intensificar o entorpecer los sentidos, provocar sensaciones de euforia o desesperación. Algunas drogas pueden incluso llevar a la locura o la muerte.

La dependencia producida por las drogas puede ser de dos tipos:

– Dependencia física: El organismo se vuelve necesitado de las drogas, tal es así que cuando se interrumpe el consumo sobrevienen fuertes trastornos fisiológicos, lo que se conoce como síndrome de abstinencia.

– Dependencia psíquica: Es el estado de euforia que se siente cuando se consume droga, y que lleva a buscar nuevamente el consumo para evitar el malestar u obtener placer. El individuo siente una imperiosa necesidad de consumir droga, y experimenta un desplome emocional cuando no la consigue.

La dependencia, psíquica o física, producida por las drogas puede llegar a ser muy fuerte, esclavizando la voluntad y desplazando otras necesidades básicas, como comer o dormir, la necesidad de droga es más fuerte. La persona pierde todo concepto de moralidad y hace cosas que, de no estar bajo el influjo de la droga, no haría, como mentir, robar, prostituirse e incluso matar. La droga se convierte en el centro de la vida del drogadicto, llegando a afectarla en todos los aspectos: en el trabajo, en las relaciones familiares e interpersonales, en los estudios, etc.

Las drogas interfieren en los mecanismos neurológicos y biológicos, en particular en las sustancias químicas que transmiten los mensajes entre las células del sistema nervioso (neurotransmisores), y se fijan en los receptores específicos del cerebro. En condiciones normales, estos receptores reciben sustancias secretadas por el cuerpo (endorfinas), que tienen propiedades calmantes y que generan una sensación de placer. Los efectos de las drogas sobre el cerebro se caracterizan por: confusión mental, delirio, alucinaciones y comportamiento generalmente agresivo.

Para muchas personas consumir drogas es una salida fácil pues en ella encuentran un falso refugio que los aparta de la realidad,  y sin darse cuenta van cayendo en un abismo que muchas ocasiones tiene fatales consecuencias.