En mi familia hay un problema de salud mental, ¿y ahora qué?


Esta es la historia de la supervivencia
adaptada a nuestra especie, desde que se empezó a

hablar de enfermedad.

La especie humana ha temido a -las enfermedades mentales-
a lo largo de la historia, y en muchos casos
porque no las comprendía.

La búsqueda de explicaciones (paranormales, científicas o religiosas),
investigar tratamientos, mejorar la vida de los que
-padecen un problema de salud mental-

En el campo de la salud mental en trastornos graves o crónicos hay una especial sensibilidad debido al castigo que supone el estigma que llevan asociado. Con el cierre de instituciones desactualizadas se han ido conociendo este tipo de patologías. La inercia actual es caminar hacia la rehabilitación (cuando la cura no es posible).

La dificultad mayor, es para las familias
que se encuentran con hijos, padres, tíos o hermanos
con problemas, que escapan a su comprensión y entendimiento.

“El dolor mental es menos dramático que el dolor
físico, pero es más común y también más difícil de soportar”
-C. S. Lewis-

El primer impacto:
La familia es la primera que empieza a sufrir y a preocuparse, normalmente también es la primera en darse cuenta de que hay algo -que no funciona-.

-Nuestro familiar sufre alteraciones
de comportamiento, de emociones y de pensamiento.

Normalmente los principios son
muy complicados. Pasa por el desconcierto,
el no entender los cambios de diagnóstico, los ingresos y las idas y venidas
a médicos, incluso la negación
parcial de la situación.

Vemos que nuestro hijo, hermano o padre está sufriendo
o comportándose de formas que jamás
hubiéramos imaginado.

Y sobre todo, somos testigos
de cómo su vida se va desmontando poco a poco.

— Es el mismo, pero al mismo tiempo, no lo es —

—/—

Según la OMS, -la Salud Mental, alude a la forma de relacionarse con otros, en la familia, el trabajo, el ocio y la comunidad en general-.

Cuando nuestro ser querido está alterando este equilibrio, sufrimos, negamos, cuestionamos, nos culpamos y buscamos mil alternativas..

En un momento dado no es raro sentir ira, rencor y frustración. La familia es la columna vertebral de una persona con este tipo de problema. El apoyo, la comprensión, la tranquilidad y el equilibrio son fundamentales.

“La salud mental necesita una gran cantidad de atención.
Es un gran tabú final, y tiene que ser encarado y resuelto”
-Adam Ant-

Detrás de cada persona hay una historia de familia. Una historia estructurada en fases de adaptación reconocidas, donde se recogen todos estos: ∗ -pensamientos y emociones- ver mas »

Hablamos de -la fase de alarma, de la fase de resistencia y de la fase de agotamiento-. En función de dónde nos encontremos recibiremos unas pautas u otras para asimilar lo que sucede. Por tanto, los recursos de salud mental también cuentan, estudian y aplican las mejores formas de proceder con las familias (o al menos lo hacen hasta donde llegan sus recursos, que desgraciadamente en muchos casos son muy limitados).

Afrontar el problema de salud mental, es la solución más adaptativa:
Después de todo el torbellino anterior, donde la familia, el ser querido y las amistades están descolocadas, suele llegar el diagnóstico definitivo del problema de salud mental y la hora de afrontar de forma serena el cambio.

Apoyarnos en los profesionales: en el proceso de diagnóstico del familiar, conoceremos a múltiples profesionales de la salud. Es esencial la comunicación y la resolución de dudas.

Mantener las pautas: si nuestro familiar mejora, animarle a continuar con el proceso. No dejarle caer la ideación de control de enfermedad. Siempre encontraremos a un profesional que nos pueda tranquilizar y al que podamos acudir en caso de necesidad y duda. El camino es largo, pero no hay que desfallecer.

Cambiar el discurso: si interiorizamos que nuestro ser querido -no es un enfermo- sino que -tiene una enfermedad- o -un problema de salud mental- puede rebajar la imagen asociada que tenemos, respecto a determinadas problemáticas. Tal vez así dejaremos de verle como -la sintomatología que padece- y podremos enfocarnos en la persona que conocemos.

“Sentido común: algo así como salud contagiosa”
-Alberto Moravia-

La tranquilidad, la base de la recuperación:
La familia es un elemento fundamental para la estabilidad y la recuperación. Mantener un ambiente tranquilo en la casa y en el entorno, ayudará de forma directa al éxito del tratamiento/terapia.

-La motivación y la lucha contra
la desesperanza y el abatimiento toman impulso desde el equilibrio emocional en el hogar-

Será normal la necesidad de desahogo. No volcar toda esa emoción en la familia y canalizar todas las emociones primarias y secundarias que se puedan sentir.

-Pese a las dificultades, nunca debemos olvidar que muchas de las personas con un problema de salud mental, pueden funcionar de manera autónoma, trabajar, mantener un grupo de amistades y formar parte de una familia-.

Conociendo la enfermedad, los procesos y manteniendo el tratamiento adecuado y ajustado, es muy posible, dependiendo del problema, que se restaure una parte de la normalidad.

“Las emociones inexpresadas nunca mueren.
Son enterradas vivas y salen más tarde de peores formas”
— Sigmund Freud –

Artista-June Valentine Ruppe


NOTA IMPORTANTE.

Busque ayuda inmediatamente si:

Se siente abrumado.

Está pensando en hacerse daño o en dañar a otra persona.
Es incapaz de controlar su comportamiento.
Tiene otros síntomas muy angustiantes de trastorno
de estrés postraumático.
Llame a un familiar, no se quede solo.
Llame a su médico.

EN CASO NECESARIO:
Llame a su médico.
Llame al 911 para servicios de emergencia
 o vaya
a la sala de emergencias más cercana.
En un caso de emergencia, puede llamar a:
SAPTEL “Sistema Nacional de Apoyo, Consejo 
Psicológico
e Intervención en Crisis por Teléfono”
(Cruz Roja Mexicana– 24 Hrs.) sin costo

SAPTEL
Av México #37, Hipódromo,
Cuauhtémoc, Ciudad de México.
Teléfono:(55) 52598121
E-mail: saptel.crlyc@gmail.com

 Ayuda en los Estados Unidos:
Llame al 911 (servicio de emergencia de los Estados Unidos)
o acuda a una sala de emergencias.
Llame gratis a la línea de emergencia del suicidio: 1–888–628–9454 para comunicarse con alguien de la Red Nacional de Prevención del Suicidio. El número para las personas con dificultades auditivas es 1–800–799–4TTY (4889)