Quieres cambiar cosas en ti,
pero tu cerebro parece que no entiende, racionalmente
le das órdenes, pero tu cerebro no las obedece,
es como si existiera una gran distancia entre lo
que quieres y lo que consigues.
Existen «ocho reglas» fundamentales
que el cerebro cumple escrupulosamente y que tenemos que
tener en cuenta a la hora de producir cualquier cambio.