127. No me pasa nada


El ahorcado con la soga al cuello, que decía que no pasaba nada.!

1.- La mamá de Sergio está muy preocupada, porque su hijo de 21 años desde hace algún tiempo ha comenzado a hacer cosas raras antes de irse a dormir.

Enciende y apaga las luces un montón de veces, comprueba una y otra vez si la puerta y las ventanas están bien cerradas, se está haciendo un salpullido en las manos de tanto lavárselas, no llega a casa hasta que la suma de las placas de los coches que encuentra por la calle no sea múltiplo de 7…

Sin embargo, -Sergio dice que no le pasa nada-, que son sólo pequeñas manías y que no necesita ayuda. Pero a Sergio sus -pequeñas manías- le ocupan varias horas al día.

2.- Julián comenzó a beber poco a poco, casi sin darse cuenta. Su mujer dice que ya no es como antes, que ya no es cariñoso con ella y que, algunas veces, incluso le ha levantado la mano cuando ella le ha dicho que toma demasiado.

Pero -Julián dice que no le pasa nada-, que está bien, que sólo bebe un poco, que no es alcohólico y que puede dejar de beber cuando él quiera. Julián no quiere recibir ayuda.

3.- Ana Luisa comenzó a sentir fuertes dolores de cabeza, pero no dijo nada a nadie. Su marido notó que algo le ocurría y le insistió en ir al médico, pero ella dijo que ya se le pasaría. –Ana Luisa dice que no pasa nada-.

4.- Jacinto es empresario. Ha estado fabricando componentes electrónicos para pequeños electrodomésticos durante los últimos 20 años. Desde hace dos años sus pedidos han bajado de forma estrepitosa.

Los bancos le están empezando a negar créditos. Las empresas prefieren comprar en China porque les resulta más barato. Jacinto dice que ya se darán cuenta de que son de peor calidad y que ya volverán a él.

Jacinto dice que es la coyuntura comercial mundial, pero que él no tiene que cambiar nada. -Jacinto dice que no pasa nada-, que en cuanto pase la crisis él volverá a vender como antes.

Son cuatro ejemplos, de cómo los seres
humanos nos obstinamos en no ver, lo que tenemos delante.

La mamá de -Sergio- sabe que tiene un problema. La mujer de -Julián- sabe que tiene un problema. -El marido de Ana Luisa- sabe que tiene un problema. Los bancos que trabajan con -Jacinto- saben que tiene un problema.

Pero todos ellos están ciegos, no ven, no quieren reconocer que tienen un problema. Si no aceptas que tienes un problema, nunca podrás resolver tu problema.

Mientras no aceptes que tienes un problema, no podrás poner en marcha respuestas que eliminen el problema. Lo primero que tenemos que hacer cuando tenemos alguna dificultad es aceptar que tenemos esa dificultad.

Llegará un momento en el que -Sergio- no podrá hacer otra cosa que cumplir sus -manías- durante todo el día, ya que cada día son un poco más elaboradas.

-Julián- acabará con una -cirrosis y abandonado por todo el mundo- pues la convivencia se está haciendo insoportable para su familia, incluso sus hijos ya lo rechazan.

-Ana Luisa- acabará enferma del todo si no pone remedio, sus dolores de cabeza cada vez son más insoportables.

-Jacinto- tendrá que cerrar porque económicamente ya no puede soportar los gastos.

– – – –

Primero tenemos que identificar el problema,
cuantificarlo y poner cada cosa en su sitio.
Así podremos buscar una solución.

Cuento:

Había una vez un ladrón al que el Juez ya le había puesto la soga al cuello. Cuando el Juez le preguntó si quería decir su última palabra, el pobre hombre dijo: -No pasa nada-.

El Juez le dijo, -hombre, sí que pasa, lo vamos a ahorcar-. Entonces el ladrón dijo: -Esto puede ser un problema para usted, Señor Juez, pero no para mi, no veo el problema-.

El Juez dio la orden y el verdugo movió la palanca. El ladrón estaba ya con los pies en el aire, dando bandazos, cuando dijo: -Creo que en realidad sí que pasa, ¿podemos hacer algo para cambiar la situación?-

El Juez le contestó: -Sí que podemos. ¿Prefiere que lo enterremos boca arriba o boca abajo-. Pero el ladrón ya no pudo decir nada más.                                           – – –

¿Hay algo en tu vida sobre lo que las personas cercanas te dicen que tienes un problema, pero tú no lo ves? ¿Alguien te está diciendo que deberías revisar algo, pero tú no lo aceptas?

Presta atención a lo que pasa por tu mente.
Por tu mente pasan continuamente ideas, conversaciones, sentimientos. No permitas que nada pase por tu mente sin estar atento, sin que tú le des permiso.

Examina qué es lo que se repite una y otra vez.
Pon un portero en el zaguán de tu mente.
Escoge todo lo que te aporta crecimiento, dicha, serenidad.
Descarta todo lo que te traiga tensión, sufrimiento, freno.

Si no lo haces tú, ¿quién será capaz de hacerlo?
Con tu vida ocurre exactamente lo que tú dejas que ocurra.
Todo depende de tu pensamiento.
De lo que piensas y de lo que no piensas.

No sigas quejándote, porque tu queja se ha convertido en parte del problema.

No esperes la oportunidad. En realidad, la oportunidad siempre ha estado delante de ti, pero no te habías fijado. La oportunidad ya ha llegado, es ahora mismo, aquí, en este momento.

Es más, está tan cerca que casi no la ves.

La vida es sólo una oportunidad llena de potencial y posibilidades.
Ser consciente de lo que ocurre en tu interior te permitirá ser el dueño de tu vida.

Tú ya sabes qué tienes que hacer.
Lo que no sabes es cómo hacerlo.

Las cosas necesitan su tiempo y su proceso.
-Hoy puedes empezar-
Mañana podrás seguir-

No es importante sólo lo que haces, sino hacerlo todo el tiempo.

 
Artista-Pat Erickson

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