132. Desprenderse de la inseguridad


«Recuerde -dijo la voz-

Recuerde que siempre es querido.
Siempre está protegido y nunca se encuentra solo..
También es un ser de luz, de sabiduría, de amor..
Nunca le olvidarán.
Nunca le pasarán por alto ni dejarán de hacerle caso.
Usted no es su cuerpo; no es su cerebro, ni siquiera su mente.
Es un espíritu.
Lo único que tiene que hacer es despertar al recuerdo, recordar.

El espíritu no tiene límites, ni el del cuerpo físico ni el del alcance del
intelecto o de la mente”.

Uno de nuestros grandes fallos es
esa extraordinaria preocupación por los resultados.

Le damos muchas vueltas a cómo van a salir las cosas,
y eso crea una -ansiedad, un miedo y una infelicidad innecesarios-.

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